Aun estando en el ámbito del diseño se podría interpretar como escultura. La Silla azul y roja de Gerrit Rietveld confronta a las sillas de la época. Estas se entendían como el volumen de la madera labrada. Sin embargo, esta silla subraya el vacío como hacían las esculturas de Julio González.
También remite a las estructuras de Mondrian. Utiliza sus líneas y colores básicos. No se trata solo de un juego ornamental, es como si en esa retícula infinita que planteaba Mondrian, en un lugar puntal, formara esta silla.
Las verticales y horizontales en su sección son amarillas mientras que los planos azul y rojo están dispuestos para el soporte del cuerpo.